MATRIMONIO ES #MATRIMONIO - Marriage

Esposa seguidora de Jesús, ¿puede ser FELIZ? ¡Cómo? ESCAPE el EGOCENTRISMO. Esposa, pienso que muchas no son felices porque insisten en cambiar a su esposo. Sabe, el DESARROLLAR en su CÓNYUGE creyente el CARÁCTER de CRISTO, es la monumental y milagrosa labor del TODOPODEROSO. No la suya.

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MATRIMONIO ES MATRIMONIO
Religioso o Civil
Por Maritza Edmiston
 

El matrimonio monógamo es el cimiento y sobrevivencia de nuestra sociedad. La primera institución del Creador Celestial previa a la mancillación del mundo por el pecado. Inspirada institución está divinamente coronada con su bendición al Él mismo establecerla como medio para proveernos compañerismo, intimidad e hijos, impidiendo la insolente inmoralidad sexual.

El matrimonio del creyente ES UN PACTO PIADOSO Y PERMANENTE ENTRE UN HOMBRE, UNA MUJER Y EL PADRE PERFECTO. 

Nótelo dirigiéndose a los cónyuges desleales:
 

“[La mujer desleal] abandona al compañero de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios” (Prov. 2.17).

“Jehová ha atestiguado entre ti [hombre desleal] y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto” (Mal. 2.14).

El matrimonio es matrimonio ante los ojos del Omnisciente, sea religioso o civil, es un contrato de fidelidad mutuo legal, escrito, sellado y firmado ante testigos. 

¿Por qué?

Porque, las autoridades y leyes establecidas son por el Santo Soberano.  Romanos 13 manda: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.”

El creyente debe ser el ciudadano más acatador de las autoridades y leyes. De hecho, en muchos países el matrimonio por la iglesia no es reconocido, ni respaldado por la ley. Consecuentemente, ningún ministro bíblico e íntegro realiza una boda sin documentar que los contrayentes son marido y mujer ante la ley; si los “uniese” ignorando las leyes, ellos no estarían casados legítima, ni legalmente ante los hombres, ni el Omnisciente.

Mi esposo Felipe y yo tuvimos que desposarnos primero por lo civil. Una vez firmado nuestro pacto piadoso y perpetuo ante la ley, el abogado y los testigos éramos marido y mujer ante el Omnisciente. Nuestra ceremonia religiosa se llevó acabo cinco semanas después.  Ésta fue una bella bendición Cristo-céntrica, una oportunidad para proclamar el Evangelio de Reconciliación a mis familiares incrédulos.

Erróneamente se cree que el matrimonio civil permite el divorcio; el matrimonio es matrimonio y el divorcio es divorcio. ¡No cambia! Sean nupcias religiosas o civiles el Santo Soberano desaprueba y detesta el divorcio (Mal.2.16). El pacto marital es permanente, no son un hombre y una mujer individualmente separados, sino una carne ante el Padre Perfecto, y lo que Él une, ningún hombre debe atreverse a abolir. 

“¿No habéis leído que el que los hizo al principio,
varón y hembra los hizo,
y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre,
y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?
Así que no son ya más dos, sino una sola carne;
por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”
(Mateo 19.4-6).